martes, octubre 7, 2025

A propósito de la semana de receso, vale la pena hablar de turismo, en este caso desde un concepto diferencial: turismo regenerativo.

Y es que en un departamento como el Quindío, donde el turismo es motor de desarrollo, este modelo propone ir más allá de atraer visitantes: se trata de contribuir activamente al mejoramiento del destino y al bienestar de las comunidades que lo habitan. Es un llamado a que tanto los turistas como los actores locales comprendamos que disfrutar de un territorio también implica cuidarlo, fortalecerlo y dejarlo mejor de lo que lo encontramos.

El turismo regenerativo va desde restaurar o conservar los recursos naturales —agua, suelo, fauna y flora, hasta valorar las raíces culturales, sociales y productivas que dan identidad a cada municipio. Involucra rescatar la gastronomía tradicional, el uso de productos locales, las expresiones artísticas, la arquitectura y los medios de transporte propios, elementos que hacen única la experiencia de visitar el Quindío. Esta mirada permite evitar la gentrificación, logrando que las comunidades locales, encuentren una verdadera actividad económica que conserve sus tradiciones y a su vez, conserve el entorno social y ambiental.

Regenerar implica integrar a las comunidades, fortalecer sus saberes, y proyectar su cultura como parte esencial de la oferta turística. Por eso, el desafío no es menor: cómo generar ingresos, empleo y crecimiento económico cuidando aquello que hace valioso al territorio. Es una tarea compartida entre empresarios del sector, gremios, academia, autoridades y ciudadanía. Un ejemplo práctico está en los hoteles que implementan energías limpias y además involucran artesanos y proveedores de insumos locales para escenarios como restaurantes y otras experiencias turísticas que llevan a generar valor y respeto por la identidad del territorio.

En esta línea, desde la Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío, a partir de este año ejercemos la Secretaría Técnica de FOLU Quindío, una coalición global que promueve acciones regenerativas para mejorar la alimentación de los seres humanos y la relación entre agricultura y sostenibilidad. En el marco de esta alianza, participamos junto a P4G y la empresa Ancestral Organics en un proyecto que busca certificar la producción agrícola de 11 productores, abrir nuevos mercados y demostrar los beneficios de la agricultura regenerativa, sentando un precedente para la economía rural del departamento.

Este trabajo se complementa con proyectos como el de “Paisaje Cordillerano”, que en su primera fase se buscó la creación de rutas turísticas de la mano de biólogos para caracterizar la biodiversidad, y con expertos comerciales para enseñar a los empresarios cómo vender y contar sus productos. Esto es muy cercano a la definición de turismo regenerativo: incluir lo natural y lo cultural, conservar biodiversidad y capacitar para que la oferta turística sea respetuosa y de calidad. A su vez, estamos desarrollando un estudio de turismo regenerativo en los municipios de Pijao y Buenavista recopilando datos para llegar al desarrollo de un plan piloto.

Junto a FOLU Colombia, la organización E3 y la Cámara de Comercio, estamos implementando una herramienta de indicadores que permitirá medir el nivel de regeneración turística de estos destinos. A partir de los resultados, construiremos metodologías replicables que orienten a cada municipio en la definición de su propia estrategia regenerativa, en articulación con empresarios, alcaldías, comunidades y demás actores del territorio.

Finalmente, el próximo mes realizaremos un panel–conversatorio sobre turismo regenerativo, un espacio para el intercambio de experiencias y conocimiento. Además, participaremos en la audiencia pública del proyecto de ley de turismo regenerativo, donde haremos parte de la construcción colectiva de una política nacional que busca un turismo más consciente, inclusivo y sostenible.
El turismo regenerativo es, en esencia, una invitación a repensar la manera en que habitamos y compartimos el destino. Hoy, el reto es formar mejores anfitriones: aquellos que entienden que proteger el destino al que llegan, es una responsabilidad colectiva.

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