
Hablar de regeneración implica volver al origen: luego de la intervención de Claudia Martínez presidenta de E3 y FOLU Colombia, se amplió más el término regeneración, el cual proviene del latín regenerare: producir de nuevo aquello que se había deteriorado.
Regenerar es entonces crear condiciones para que la vida vuelva, para que los ecosistemas, las comunidades y las economías recuperen su capacidad de avanzar. Este concepto, que viene cobrando relevancia global, tiene en el Quindío un camino trazado desde 2019, cuando junto a FOLU ( La Coalición para la Alimentación y Uso del Suelo), la Cámara de comercio, Gobernación, la CRQ, el ICA, el ICBF, las alcaldías de Armenia, Pijao, Génova y Calarcá, el CRCI, el IGAC, el SENA, las universidades, los empresarios y múltiples organizaciones comunitarias e internacionales, construimos la primera Hoja de Ruta departamental de regeneración en Colombia. Allí quedó consignada una visión común: un Quindío Regenerativo que, al 2030, transforme paisajes productivos, impulse mercados con propósito y garantice alimentación saludable para todos.
Y, como suele ocurrir en los grandes procesos, lo importante es empezar. Hemos entendido que regenerar un territorio es una tarea de largo aliento, que exige ,coherencia y decisión. Porque sí: seguramente como instituciones, empresarios y como ciudadanos nos hemos equivocado. Pero también es cierto que hoy contamos con la hoja de ruta y los aliados para emprender un camino diferente.
En este sentido la Cámara de Comercio ya inició, uno de esos caminos hacia el turismo regenerativo, el cual estamos impulsando junto a entes públicos, alcaldías, operadores, empresarios, guías, comunidades y aliados como FOLU y E3 (ecología, economía y ética), donde el turismo regenerativo va más allá de mitigar impactos: busca mejorar los ecosistemas, fortalecer la cultura local y transformar la cadena de valor. En este modelo, que iniciará con un plan piloto en Buenavista y Pijao, el visitante, la comunidad y la naturaleza se co-transforman, el viajero no solo disfruta del destino sino que contribuye a restaurarlo.
El segundo programa que implementamos de la mano de Ancestral Organics y P4G, es la agricultura regenerativa, un frente indispensable para recuperar suelos, revitalizar biodiversidad y devolver resiliencia al campo quindiano. La evidencia científica es clara: el departamento ha sufrido erosión, pérdida de cobertura boscosa y uso del suelo por fuera de su vocación natural. Revertirlo exige nuevas formas de producir, donde la naturaleza sea un aliado.
Este programa que ya inició ha Acompañado a productores, asociaciones y emprendedores en prácticas que mejoran el suelo, reducen insumos químicos, aumentan servicios ecosistémicos y generan alimentos más saludables. Esta apuesta se conecta con el eje de alimentación sana de la Hoja de Ruta.
Ser regenerativos también significa reconocer que la transición no será homogénea. La multidiversidad sectorial del departamento implica que hay modelos de negocio que, por su naturaleza, aún no pueden incorporar plenamente estos enfoques. Y está bien: la regeneración no se impone, se acompaña. En un territorio con tantas dependencias económicas, es natural que existan tensiones y contradicciones. La clave es entender que este proceso es gradual, progresivo y profundamente colaborativo.
Por eso, el llamado es a seguir fortaleciendo la red de regeneradores: empresarios, emprendedores, productores rurales, establecimientos turísticos, organizaciones comunitarias, instituciones y ciudadanos que ya están sembrando nuevas prácticas. Regenerar no es una moda, sin embargo, y como lo mencionó una empresaria en medio de nuestro panel desarrollado la semana anterior, ojalá se convirtiera en una que marque pautas y una forma distinta de relacionarnos con el territorio y entre nosotros.


