jueves, junio 26, 2025

Durante esta semana hemos escuchado las voces que claman por una visión más amplia y estratégica del futuro del Quindío, buscando el desarrollo de un estudio de prospectiva departamental, iniciativa ampliamente manifestada por la Universidad del Quindío quien convocó a gremios, instituciones de orden público y privado para puntualizar en la necesidad que tiene el departamento en dicha visión.

Sin embargo y para ir más allá, hay que entender que los grandes desafíos –y las grandes oportunidades– no se resuelven únicamente desde lo local, sino desde lo regional.

Es momento de hablar de prospectiva regional, una visión que trascienda los límites locales del departamento y nos permita construir, en alianza, un futuro compartido con nuestros vecinos de Risaralda y Caldas y otros que por cercanía y/o proyectos comunes como el Valle del Cauca, merecen una mirada colaborativa. Las fortalezas de cada departamento son innegables, y si logramos conectarlas de manera estratégica, el impacto económico, social y sostenible puede ser verdaderamente transformador.

Pensemos, por ejemplo, en sectores como el turismo, donde la complementariedad de nuestra oferta –desde los parques temáticos y el paisaje cultural cafetero del Quindío, hasta los termales de Santa Rosa y la arquitectura patrimonial de Manizales– puede convertirse en una experiencia integral para visitantes nacionales e internacionales. La creación de rutas compartidas, estrategias de promoción conjunta y estándares de calidad interdepartamentales son solo algunos de los pasos que podríamos dar juntos.

Lo mismo aplica al *desarrollo de infraestructura*, un tema clave que ha estado en la agenda regional con proyectos de conectividad aérea y terrestre que articule los flujos turísticos y de carga, potenciando el comercio desde y hacia la región cafetera.

El reto no es menor: implica superar la mirada de corto plazo, los intereses sectoriales y los localismos que muchas veces nos impiden ver el potencial del trabajo conjunto. Sin embargo, también es una oportunidad sin precedentes para proyectar una *Región Eje Cafetero unida*, moderna, competitiva y sostenible.

Desde la Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío creemos firmemente que esta visión compartida debe estar guiada por una hoja de ruta clara, construida desde la institucionalidad, pero con fuerte participación del sector privado, la academia, los gremios y la sociedad civil.

El futuro no se improvisa: se diseña. Y en ese diseño, la prospectiva regional se vuelve un ejercicio urgente y necesario. Lo que está en juego no es solo el crecimiento del Quindío, sino el bienestar y la competitividad de una región entera que tiene todo para convertirse en un referente nacional e internacional.

Hagamos que esta conversación no se quede en las palabras. Que sea el inicio de un pacto por el futuro de la región cafetera. Porque el desarrollo que soñamos no tiene fronteras, tiene alianzas.

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