Sin duda alguna. Esta es una problemática que aqueja a todo el país, en los últimos meses se han revelado cifras alarmantes sobre esta situación en nuestra ciudad, aspectos como el consumo de drogas y la adquisición de las mismas a un menor precio, comparado con el de ciudades cercanas dan cuenta del incremento de este escenario en nuestra sociedad, un tema que, además, afecta sobremanera el buen ambiente para los negocios.

Recientemente, una situación en un restaurante se viralizó porque la empresaria implicada no permitió el ingreso de una persona en situación de calle a su establecimiento, luego de que una ciudadana le regalara un almuerzo, en principio la empresaria recibió todas las críticas posibles, no obstante, y luego de conocer que estas personas han visto en los establecimientos la oportunidad de alojarse en las noches, recibir alimento, pero, además, hacer sus necesidades (las cuales deben ser limpiadas en la mañana por los mismos comerciantes), la perspectiva cambió.

Esto para decir que la amabilidad de la gente que nos caracteriza como región, parece también haberse trasladado a esta población, y en este punto es importante hablar de cultura, porque quienes tienen experiencia en caridad, son los primeros en asegurar que, incluso, las acciones caritativas requieren organización estructural, no en vano diversas fundaciones vienen haciendo un trabajo interesante que abarca tratamientos en el largo plazo y acciones en el corto como un baño digno y alimentación apropiada. Dar limosna, que parece un acto simple de caridad, se ha convertido en el incentivo para que situaciones que involucran a la niñez y la población adulta incrementen otros escenarios sociales controversiales.

En este sentido, vale la pena decir que esta es una situación que merece principalmente la conciencia ciudadana, además de una política pública que actualmente viene fortaleciendo la alcaldía de Armenia con la secretaría de Desarrollo Social para llegar a esta comunidad, donde se incluyen procesos de inclusión educativa y laboral, resocialización, entre otras acciones que muestran resultados importantes de apoyo a estas personas, muchas de las cuales son casos exitosos de recuperación, esto sin desconocer que el reto es muy grande y falta mucho por hacer.

Diversas entidades, Policía y empresarios se siguen sumando a esta causa donde el principal foco de apoyo son precisamente las fundaciones que cuentan con una estructura determinada para atender a esta población que tiene derechos fundamentados en la dignidad, sin embargo, cada habitante en condición de calle es libre de optar por recibir o NO la ayuda, lo cual ratifica que esta no es una tarea fácil y mucho menos cuenta con una solución en el corto plazo. No obstante, cada acción cuenta, y si parte de la cultura ciudadana de no dar limosna por ejemplo, y mejor apoyar a fundaciones sin ánimo de lucro dedicadas a esta difícil labor, seguramente los impactos negativos pueden disminuir.

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