
Al finalizar este 2025, es imposible no detenernos a reflexionar sobre el papel incuestionable que cumplen los empresarios del Quindío y de Colombia en la construcción del bienestar regional y nacional.
Son ellos quienes, aún en medio de incertidumbres económicas, de tensiones sociales o transformaciones globales, sostienen con determinación la economía, generan empleo, dinamizan sectores clave y mantienen viva la dinamización en las regiones.
Desde la Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío exaltamos la labor de las más de 23.000 empresas, que con visión y compromiso han aportado a la consolidación de una economía cada vez más resiliente y diversa. El sector servicios, el comercio, la agroindustria, el turismo, la construcción, por mencionar algunos, continúan consolidándose como motores de crecimiento. Hoy, el Quindío no solo es reconocido por su belleza y hospitalidad, sino por su capacidad empresarial para reinventarse, profesionalizarse y abrirle paso a un relevo generacional que garantiza sostenibilidad a largo plazo.
Son los empresarios los que abren oportunidades, los que siguen apostándole al país, los que dignifican el trabajo, generan empleo directo e indirecto, hacen que circule la economía dentro del territorio lo que produce se reinvierte en el mismo entorno; fortalecen el tejido empresarial; su permanencia impulsa cadenas de valor, alianzas y redes productivas;
son promotores de cultura legal, contable y tributaria; activan la innovación, desarrollan soluciones desde la realidad local que generando competitividad regional; consolidan identidades productivas, generan estabilidad social: más empleo y productividad se traduce en reducción de pobreza y mejor calidad de vida. Y me podría quedar en una lista innumerable frente a todos los aportes de los empresarios.
De otra parte, este año, hemos sido testigos de un fenómeno profundamente significativo: la integración entre la economía popular y la economía formal.
Ha sido interesante ver cómo empresarios formales han acogido con apertura y solidaridad a quienes por años han ejercido oficios con escasa visibilidad y sin garantías, como los cuidadores de vehículos, vendedores informales o recicladores. Verlos hoy avanzar hacia la formalización, pero sobretodo a la dignificación de su oficio, reconociéndolos como actores económicos válidos, donde los hemos capacitado incluso de la mano de los mismos empresarios, representa un paso social importante que sin duda impacta el desarrollo local.
Termino diciendo que veo el futuro de manera propositiva, entiendo que existe un sentir de incertidumbre, sin embargo, la llegada de multinacionales, y en particular, la reciente llegada de tres hoteles de categoría internacional nos hace pensar que de afuera ven un alto potencial para la región. Sin duda, cada año los empresarios son protagonistas ¡Gracias a la fuerza empresarial del Quindío!


