lunes, septiembre 1, 2025

No puedo dejar pasar por alto un acontecimiento tan significativo como el reconocimiento a los empresarios que, con su trabajo y perseverancia, han permanecido firmes durante más de cuatro décadas al frente de sus empresas. En medio de los múltiples desafíos que ha enfrentado nuestra región y el país, su constancia, visión y capacidad para superar las dificultades se convierten en un ejemplo de resiliencia y en un pilar fundamental de la estructura productiva del Quindío.

Reconocer públicamente a quienes han dedicado su vida a construir empresa no es solo un acto simbólico, es un gesto de merecida GRATITUD Y ADMIRACIÓN. Estos reconocimientos despiertan algo profundo: el orgullo de continuar legados familiares, el deseo de las nuevas generaciones por marcar trayectoria desde las nuevas tendencias globales, y el respeto colectivo por quienes, a pesar de las crisis, jamás dejaron de creer en su región. Hacer visible su historia fortalece el tejido empresarial y motiva a quienes hoy apenas comienzan.

Lo vivido esta semana en el Centro de Convenciones en el homenaje 40+ Pioneros del Desarrollo de la Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío fue un evento emotivo que reunió hijos, nietos y hasta bisnietos de los empresarios que con orgullo recibieron el reconocimiento, reafirmando que las empresas siguen siendo un motor clave del desarrollo regional. Empresas y empresarios que han perdurado pese a desafíos como el terremoto, crisis económicas, transformaciones tecnológicas, pandemia, paro y distintos retos propios de la actividad mercantil, nos trasmite esperanza, fe, fortaleza y disciplina, por mencionar algunos atributos.

Y como se mencionó en el evento, los empresarios son los responsables de generar más del 80% del empleo en el departamento del Quindío. Por eso, cada uno de estos reconocimientos tiene un valor doble: agradecimiento y compromiso. Este fue un sentido homenaje a más de 150 empresarios que han permanecido en el tiempo, fieles a su vocación comercial, generando empleo y aportando al desarrollo competitivo del departamento.

El año pasado, conmemoramos a quienes cumplían más de 50 años de trayectoria. Este año, el turno fue para aquellas empresas que superan las cuatro décadas ininterrumpidamente con su registro mercantil vigente desde 1975 y que aún siguen en pie, con más fuerza, con relevo generacional activo y con el respaldo de sus familias.

Esta ceremonia, más que una condecoración simbólica, fue un acto de profunda gratitud y esperanza. Porque en tiempos donde parece difícil creer en la permanencia, estas empresas nos demuestran que sí se puede emprender, sostener y crecer desde el Quindío.

No se trata solo de entregar una placa o una mención, sino de decirle a una persona, a una empresa o a una familia: “Lo que han hecho importa”. Lo anterior, sobre todo, en una sociedad que necesita más referentes positivos, reconocer a quienes construyen, resisten y aportan es una forma de sembrar esperanza. El reconocimiento inspira, refuerza la identidad colectiva, y genera un efecto multiplicador: cuando alguien es celebrado por su esfuerzo, otros se animan a perseverar, a crear, a apostar por el futuro.

Por eso, cuando exaltamos la historia empresarial del Quindío, no solo estamos honrando a unos pocos, estamos proyectando un mensaje contundente a toda la región: aquí sí se puede. Felicitaciones a los homenajeados, y gracias por demostrarnos que construir empresa es también construir territorio.

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