En el Quindío existe una realidad económica que merece atención: la economía popular. Este sector, impulsado por asociaciones, fundaciones y cooperativas, juega un rol fundamental en la dinámica social y económica local. Por ello, desde la Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío fundamentamos un plan de acción que abarca hoy 24 unidades productivas de diferentes sectores como agroindustria (5 asociaciones beneficiadas del proyecto Alianzas Productivas), asociaciones de turismo de la cordillera (10 asociaciones vinculadas al proyecto Paisaje Cordillerano), asociaciones de recicladores (7 asociaciones de diferentes municipios) y dos asociaciones aliadas en seguridad.

El impacto social y económico es palpable. La diversificación de la oferta turística y agroindustrial, la mejora en la calidad de vida de comunidades vulnerables y el fomento de la inclusión financiera y acceso al crédito, son solo algunos ejemplos. Sectores como los antes mencionados, sumados al de belleza, artesanías y comercio, logran ser impactados de manera interesante en procesos de fortalecimiento estratégico.

Y es que este plan de acción que ya es palpable desde hace más de un año, cuenta con un diseño de estrategias que le apuestan además de su fortalecimiento y dignificación de labores, a elevar la calidad de vida en términos de generación de empleo e ingresos para diferentes familias.

La alianza con organizaciones como ASOCIR PARK, Asociación Circasia Parque y Fundación Coragyps Atratus, entre otras, evidencia el potencial de la economía popular como motor de desarrollo social y económico; ya veíamos en la Cumbre Empresarial cómo la función de cuidadores de vehículos significa el sustento para una población de adultos mayores acogidos por propios y turistas, que alcanzan niveles de superación importantes en temas como el uso de herramientas digitales, insumos y elementos para crear identidad corporativa, por citar un ejemplo.

En este punto, hemos descubierto que la clave es que la economía popular es el apoyo institucional para afrontar desafíos futuros que incluyen ampliar la cobertura geográfica y sectorial, fortalecer la formación y capacitación, fomentar la sostenibilidad ambiental y establecer alianzas público-privadas de mayor escala.

En conclusión, la economía popular es un motor de desarrollo en el Quindío. Debemos seguir apoyándola y fortaleciéndola, pues queda  demostrado que, mediante colaboración y visión, podemos impulsar un modelo económico más inclusivo y sostenible.

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