
Hoy no podemos seguir hablando de “cambio climático” como un fenómeno en desarrollo. Lo que enfrentamos es, sin lugar a dudas, una crisis climática, lo cual, merece respuestas estructurales, de largo plazo.
Reconozco que esta crisis no se soluciona con medidas simbólicas aisladas, sino con estrategias sostenidas, con enfoque territorial, respaldo técnico y apoyo al ecosistema empresarial que ya trabaja en soluciones concretas y con alianzas de alto impacto.
En este contexto, quisiera reflexionar sobre el segundo Día Sin Carro en nuestra ciudad. Entendemos la importancia pedagógica de este tipo de iniciativas, que sin duda ayudan a visibilizar la necesidad de reducir las emisiones y repensar nuestra forma de movernos. Pero también creemos que los días sin carro no dan los resultados de largo plazo que puedan mantenerse o que reduzca las emisiones a lo largo del año, lo que hacemos en un día se revierten una vez se reactiva inmediatamente se levanta la medida.
En este sentido, podemos decir que un solo día al año es suficiente para un fin puntual: generar conciencia, pues la urgencia de la situación demanda acciones concretas, respaldadas por políticas públicas eficaces, que promuevan un cambio real y sustantivo de largo aliento.
Así las cosas hoy el departamento debe alinearse a una agenda de sostenibilidad que tenga impacto medible. Quiero en este punto resaltar el trabajo de aquellos empresarios y emprendedores que, desde hace años, han venido trabajando en soluciones concretas, que sí están haciendo una diferencia.
ExpoR, la vitrina ambiental organizada por la Cámara de Comercio y gran cantidad de aliados, fue una muestra palpable de ello. En esta edición, más de 70 soluciones sostenibles fueron presentadas, y lo más importante se desarrollaron más de 610 citas de negocio efectivas entre oferentes y compradores donde 60 % aseguró cierre de negocios efectivos o en proceso de negociación.
Una cifra que no solo refleja un ecosistema empresarial en crecimiento, sino un verdadero compromiso con la sostenibilidad donde se reflejan nuevas prácticas de consumo en el largo plazo.
Entre estos emprendimientos y proyectos, quiero destacar algunos sectores clave que están contribuyendo activamente a la crisis climática: Moda sostenible, con prendas que se desarrollan con lo que algunos llamarían desechos y pasan a ser llaveros, carteras, llaveros, entre otros, Movilidad amigable con el medio ambiente con vehículos cada vez más calificados, Agricultura y turismo regenerativa, creación de morrales con botellas de plástico reciclados, desarrollo de bolsas ecológicas con fibras de plátano, empaques biodegradables que ya están generando tendencia en los restaurantes, alternativas para la gestión del agua, trámites ambientales, por mencionar algunos.
Y no podemos olvidar a las asociaciones de recicladores quienes son agentes clave en la transición hacia una economía circular.
Para terminar, la sostenibilidad además de un aspecto ambiental debe ser vista como una oportunidad para innovar, crear empleo, ingresos para los empresarios que le apuestan a estos negocios que aseguran un futuro para las generaciones venideras.