Tomar café, no por funcionalidad, sino por placer. Experimentar diversas preparaciones frías y calientes bajo un concepto vanguardista que no pierde de vista el origen: la Hacienda San Alberto, en el municipio de Buenavista, Quindío.
Ese es el mensaje que quiere transmitir Café San Alberto, la marca de café especial súper ‘premium’ con la apertura de su primera tienda en el Museo del Oro, en el centro de Bogotá.
La apuesta de la marca es que a su establecimiento llegue aquel visitante dispuesto a conocer más sobre la bebida.
Para ello, la bienvenida es con una guía de unos 10 minutos sobre el mundo del café y las diferentes formas de preparación, que le dan mayor altura a la bebida colombiana.
Gustavo Villota, quien junto a su hermano Juan Pablo está al frente de San Alberto, explica que “estos métodos y la asesoría de un experto hacen ver la bebida más importante”.
La carta en caliente incluye tres formas de preparación: sifón de vacío, la jarra Chemex y el cono de goteo.
En frío, en la oferta está, por ejemplo, la estación de goteo frío (el cual tarda más de 8 horas en su proceso).
Según el empresario, el esfuerzo de San Alberto es educar al consumidor alrededor del café en la tierra del café, como lo hace con los turistas que visitan la Hacienda en Buenavista, al mejor estilo de los viñedos.
El voz a voz con las agencias de turismo y la afluencia de extranjeros al Museo son una fuente de clientes que están a la expectativa de una experiencia sensorial con el café de esta marca que está en países como Corea, Suecia, Holanda y Canadá.
“No queremos ser una tienda de conveniencia del café, sino un templo para el consumo del café San Alberto, sin importar que el volumen no sea igual al de las tiendas tradicionales”, destaca el empresario.
De hecho, reconoce que su propuesta de café está en contravía de la ola de red de tiendas que abren cadenas como Juan Valdez o del anuncio de entrada de Starbucks al mercado, Para Villota, su producto tiene un origen y un concepto, mientras que los que podrían ser sus competidores manejan varias mezclas. Además, San Alberto se define como productor y no comercializador.
Con la tienda, “la prioridad no es la experiencia del lugar, sino la experiencia con la taza”, insiste el empresario.
RESTAURANTES Y TIENDAS ESPECIALIZADAS, OTROS ESPACIOS
Dentro de la estrategia de la marca, el ingreso a restaurantes es clave. La labor apunta a que los chefs promuevan una oferta de café consistente con la carta de productos.
“Hoy en día, en el 90 por ciento de los casos, el café es inferior a la propuesta integral del restaurante. Y eso no puede ocurrir”, explica.
Así, la marca provee a restaurantes y hoteles como Nazca, 14 Inkas y Hotel Tryp. Además, el producto se encuentra en tiendas de vino, charcuterías y puntos especializados.
Fuente Oficial:
Constanza Gómez G.
Economía y Negocios.
Portafolio.co