Es admirable cómo en medio de la incertidumbre que vive hoy el país, el esfuerzo de los empresarios se mantiene en la generación de empleo y dinámicas de innovación que permiten desarrollo. En este sentido, vale la pena volver a poner sobre la mesa la propuesta de la Alcaldía de Armenia para posicionar a la ciudad en un formato 24 horas, no solo desde negocios alineados al sector de bares y entretenimiento, sino otros que se beneficien de una dinámica económica nocturna sobre la cual varios empresarios han manifestado querer participar como alternativa para generar nuevos ingresos, lo cual es positivo y debe respaldarse y agilizar su reglamentación para hacerlo una realidad.
Desde la semana anterior, la Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío viene adelantando gestión con la alcaldía municipal para replantear, por ejemplo, el decreto en relación a las panaderías, algunos restaurantes y droguerías para que puedan operar en el formato 24 horas, lo que para ellos significa mover la caja registradora y, a su vez, generar empleo en la madrugada. Esto, hablando desde el punto de vista local, donde indirectamente, el cierre de estos establecimientos disminuye incluso la actividad en otros sectores como el de transporte y hotelero.
Si nos vamos a otro escenario, hemos visto cómo gracias a la gestión de la Agencia de Inversión, compañías nacionales y extranjeras han llegado al departamento con esta propuesta 24 horas que van desde empresas del sector salud y farmacéutico, hasta supermercados y call centers que operan desde el Quindío para atender público internacional de acuerdo a los cambios de horarios por país.
Ahora, es claro que dependerá de la administración municipal establecer políticas públicas que garanticen que la actividad nocturna se dé bajo garantías como las de seguridad y presencia policial, permisos y compromisos para los empresarios, aseo, espacio público, disponibilidad de transporte tanto para los empleados como para los ciudadanos en general; una gerencia del centro disponible para la gestión de cualquier situación, control y regulación del consumo y expendio de licor, incentivos tributarios que motiven a otros negocios como los centros comerciales a sumarse a este formato que sin duda demanda la posibilidad de nuevos empleos y que, bien gestionada, la actividad nocturna permite además disminuir índices de robos y presencia de habitantes en situación de calle, entre otras problemáticas identificadas, pues está demostrado que la percepción de actividad e iluminación, contribuye al mejoramiento del buen entorno para los negocios.